El Aikido y los niños
En nuestra escuela, nuestros alumnos más chiquitos comienzan su práctica a partir de sus 7 años (en algunas excepciones a los 6 años). Es a partir de esta edad cuando un niño empieza a transitar una madurez que le permite entender lo que está haciendo en clase y para qué. Antes de esta edad suelen aburrirse o frustrarse porque no les sale aún lo propuesto en clase, y se pierden la posibilidad a futuro de aprender este arte marcial por haber quemado una etapa y no querer volver a intentarlo.
Nuestra escuela dirige su enseñanza focalizándose en la defensa personal. Es por este motivo que las clases se desarrollan en conjunto y no son divididas por edades. El posible agresor puede ser mucho más grande que nosotros, más alto o más pesado, más bajo o más flaco. No sabemos quién puede ser nuestro oponente y tenemos que estar preparados para todo tipo de situaciones.
En nuestros dojos se enseña el respeto por el cuerpo propio y ajeno. Al trabajar siempre con un compañero distinto, y vivenciando en cada pareja el trabajo de uke y de nage alternadamente (agresor y agredido) se entiende muy bien el concepto de “cuidar al otro”. Así como nosotros cuidamos al otro, el otro nos cuidará a nosotros. En este mismo punto, se enseña a escuchar al otro, a estar atento a lo que nuestro compañero nos dice o nos muestra. Por ejemplo, si una retención está por ser demasiado fuerte, nuestro compañero nos avisará golpeando el tatami. Como nages (que son quienes realizan la técnica, o dicho de otro modo quienes fueron agredidos y se están defendiendo) hay que estar muy atentos al momento en que el uke (quien agredió y ahora está tendido en el piso, siguiendo el ejemplo) nos avisa que está comenzando a sentir dolor, así dejamos de ejercer presión o de realizar un determinado movimiento porque ya sabemos que el control lo estábamos logrando, por lo tanto sabemos que en una situación real podemos hacerlo.
Por otro lado, genera mayor autoestima y autoconfianza, ya que brinda seguridad. Al conocer y controlar diversas situaciones hipotéticas en las cuales ante una agresión se puede defender y salir victorioso, el alumno con problemas de confianza, sabe y experimenta que puede defenderse y que está en él la decidir qué hacer con la situación que se presenta. En las técnicas se usa la fuerza del otro para controlarlo. Redirigimos la energía del otro a nuestro favor. Y en el campo de la vida hacemos lo mismo. Si un comportamiento malicioso de otra persona nos involucra, nosotros podemos optar por corrernos de esa situación y seguir nuestra dirección (que es la respuesta más adecuada y la que más fomentamos), o bien tomarnos un tiempito para redirigir a esa persona y que sea víctima de su propio comportamiento. También se enseña que nunca se debe iniciar una pelea o un conflicto, como tampoco “medirse” con otro para ver quién es más fuerte o mejor. Eso no lleva a ningún lado, y es totalmente innecesario. El Aikido es un arte marcial que no tiene competencias ni torneos de ningún tipo. Nuestro sistema de graduación es rindiendo exámenes, en los cuales se va cambiando el grado en kyus y danes. La única diferenciación en la vestimenta entre unos y otros es que los kyus usan su aikidogi blanco (pantalón, chaqueta y cinturón blanco), y los danes usan cinturón negro y hakama negro o azúl oscuro.

Escuela de Aikido - Iaido

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